El Tambo, Cauca – EL ESPÍA |
En una operación conjunta de las Fuerzas Militares y el Gobierno Nacional, fueron rescatados los 57 soldados que habían sido secuestrados por una turba de cerca de 200 personas en la zona rural del municipio de El Tambo, específicamente en el sector del Cañón de Micay, uno de los corredores más complejos del suroccidente colombiano.
El secuestro colectivo, que se presentó en medio de un clima de tensión social y presión armada, fue atribuido por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, a las Disidencias de las FARC, estructura Carlos Patiño, al mando del narcoguerrillero Iván Mordisco, quienes habrían incitado y manipulado a las comunidades para impedir la acción militar en esta estratégica región, ubicada entre los municipios de El Tambo y Argelia.
Durante la liberación, dos de los captores fueron capturados por las autoridades, en medio de un despliegue controlado para evitar una confrontación directa con la población civil. “Este tipo de situaciones se repiten porque nuestros soldados tienen la orden de no usar la fuerza contra la comunidad, lo que los deja en condición de vulnerabilidad ante la presión armada de las disidencias”, señaló una fuente del alto mando militar.
No es la primera vez que estas comunidades, altamente permeadas por el narcotráfico y el crimen organizado, retienen a miembros del Ejército. En menos de un año, esta es la tercera ocasión en que tropas son retenidas en sectores como el corregimiento El Plateado o el mismo Cañón del Micay.
Mientras los ministros del Interior y Defensa se encuentran en Popayán liderando el seguimiento de la operación, el caso vuelve a encender las alarmas sobre el poder de las disidencias en zonas rurales y la delicada línea que enfrentan los militares entre actuar o quedar expuestos al secuestro. La situación evidencia la urgencia de una política clara frente al uso legítimo de la fuerza y la protección a la tropa en terreno.
