Brasilia, Brasil – EL ESPÍA |
A raíz del fallecimiento del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, el embajador de Colombia en Brasil, Guillermo Rivera Flórez, compartió un emotivo mensaje y publicó una fotografía junto al líder uruguayo, recordando con afecto y admiración uno de sus encuentros personales con él.
“Se fue Pepe Mujica. Se fue apenas unos días después de la partida de Francisco”, escribió Rivera, en referencia a dos de los personajes más influyentes y queridos de la región. Ambos nacidos en el cono sur del continente —Francisco en Argentina y Mujica en Uruguay—, fueron símbolos de coherencia ética, austeridad y de un profundo compromiso con la justicia social.
En su publicación, el embajador destacó que, desde trincheras diferentes —la política y la Iglesia católica—, ambos líderes desafiaron al sistema: “Los dos tuvieron el coraje de hablarle al mundo sobre las injusticias derivadas del capitalismo salvaje, de las imposiciones y de las exclusiones”. En su visión, tanto Mujica como Francisco supieron llevar una voz crítica y esperanzadora a los escenarios globales, sin perder nunca sus raíces latinoamericanas.
La imagen compartida por Rivera, donde aparece al lado de Pepe Mujica, no solo da testimonio del encuentro entre ambos, sino que añade una carga simbólica a su mensaje: un colombiano recordando, con respeto y afecto, a uno de los últimos sabios de América Latina.
Pepe Mujica, expresidente entre 2010 y 2015, fue reconocido por su vida austera, su discurso frontal contra el consumismo y su defensa de la paz y los derechos humanos. Por su parte, el Papa Francisco —cuyo legado espiritual se cimentó en la humildad, la defensa de los pobres y la crítica al poder económico desmedido— representó un cambio radical en el Vaticano y en el papel de la Iglesia en la política mundial.
El embajador concluyó su homenaje con una frase que resume el vacío que dejan estas figuras: “Se fueron dos figuras latinoamericanas de alcance universal”, una despedida cargada de gratitud, pero también de un llamado a mantener viva su herencia ética y humanista.
