Ciudad del Vaticano, Italia – EL ESPÍA |
La Iglesia Católica ha escrito hoy un nuevo capítulo en su historia con la elección del cardenal Robert Francis Prevost, de 70 años, como el sucesor de Francisco. El recién electo pontífice ha adoptado el nombre de León XIV, convirtiéndose en el primer Papa originario de Estados Unidos y en una figura profundamente vinculada con América Latina, especialmente Perú.
La fumata blanca se asomó sobre la Plaza de San Pedro a las 18:08 horas (hora local), tras la cuarta votación del cónclave, desatando la ovación de miles de fieles congregados. Minutos más tarde, desde el icónico balcón de la Basílica Vaticana, el cardenal Protodiácono pronunció el esperado “Habemus Papam”, confirmando la elección del nuevo líder espiritual de más de 1.300 millones de católicos en todo el mundo.
Robert Prevost, nacido en Chicago en 1955, es miembro de la Orden de San Agustín y cuenta con una larga trayectoria misionera y pastoral en Perú, donde fue obispo de la diócesis de Chiclayo y adquirió la nacionalidad peruana en 2015. Su cercanía con las comunidades latinoamericanas y su papel clave como prefecto del Dicasterio para los Obispos le otorgaron una posición destacada dentro de la Curia Romana.

En su primer mensaje, el Papa León XIV expresó su profundo agradecimiento por la confianza depositada en él y recordó con emoción a su “querida diócesis de Chiclayo”, enviando un saludo especial en español. Además, hizo un llamado a la unidad, la paz y la renovación espiritual, destacando la importancia de tender puentes en un mundo fragmentado.

La elección del nombre León XIV evoca la memoria de León XIII, célebre por su compromiso con la doctrina social de la Iglesia, lo que anticipa un pontificado enfocado en la justicia social, la inclusión y la modernización eclesial.
Las primeras reacciones no se hicieron esperar: tanto en Estados Unidoscomo en Perú, se vivieron escenas de júbilo, destacando el orgullo por las raíces y el compromiso del nuevo Papa con los más vulnerables.
El mundo entero observa expectante los primeros pasos de León XIV, un pontífice que promete renovar el espíritu misionero y acercar la Iglesia a los desafíos del siglo XXI.