Mocoa, Putumayo | EL ESPÍA
La quebrada La Tosoy, ubicada en la vereda Montclar, sigue despertando curiosidad y admiración. Conocida por generaciones como “la quebrada sanadora”, este afluente mantiene un valor cultural y natural que hoy empieza a ser estudiado con mayor rigor científico.
Habitantes antiguos de la zona recuerdan que, desde las décadas de 1950 y 1960, los animales evitaban beber de sus aguas. Aun así, muchas personas acudían a bañarse en la quebrada, convencidas de sus propiedades curativas y de la energía que emana de sus montañas.
Estudios recientes realizados por profesionales en geociencias y universidades confirman que La Tosoy tiene una alta concentración de minerales de origen natural. Aunque no es apta para el consumo humano ni para actividades agrícolas, no representa un riesgo para las familias que viven en su ribera, pues sus particularidades obedecen a procesos geológicos propios del territorio.
Estos análisis buscan comprender mejor su composición, valorar su riqueza natural y, además, proyectar la quebrada como un geoparque que sirva a la ciencia, la educación y al desarrollo responsable de la región.
La Tosoy, más que un afluente singular, podría convertirse en un referente ambiental y científico para el Putumayo, preservando su historia y potenciando su futuro.
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