Mocoa, Jaiver López – EL ESPÍA
La juventud enfrenta una crisis sin precedentes que amenaza no solo su futuro, sino también el de toda la sociedad. La falta de valores, disciplina y respeto, sumada al mal uso de la tecnología, ha dado paso a una generación marcada por la desmotivación, la violencia y el consumo de drogas.
A diferencia de generaciones anteriores, que crecieron con normas claras y actividades recreativas tradicionales, los jóvenes de hoy han cambiado los juegos al aire libre por la adicción a los dispositivos móviles y las redes sociales. La autoridad en el hogar y en la escuela se ha debilitado, dejando a padres y docentes sin herramientas para ejercer control y guía.
Las consecuencias son evidentes: cada vez más jóvenes carecen de la preparación y la motivación necesarias para enfrentar los retos del mundo actual. Ante este panorama, es urgente que padres, educadores y la sociedad en general tomen conciencia y trabajen en conjunto para recuperar valores fundamentales y fomentar un uso responsable de la tecnología.

El futuro de nuestra sociedad depende de ello. Sin embargo, esta reflexión probablemente solo llegue a quienes pertenecen al siglo XX, pues la juventud actual ha perdido el interés por la lectura y el pensamiento crítico. A esto se suma la falta de oportunidades y el abandono de los gobernantes, factores que agravan aún más una situación ya preocupante.