La vida de Edwarda O’Bara cambió drásticamente en 1970 cuando, a los 16 años, cayó en coma y nunca despertó. Durante 42 años, su familia luchó incansablemente para mantenerla con vida, cumpliendo la última promesa que le hicieron antes de que perdiera la consciencia.
Edwarda era una adolescente optimista y popular en Miami. Vivía con sus padres, Joe y Kaye, y su hermana Colleen. Su canción favorita era Bobby’s Girl, porque le recordaba a su novio, quien continuó visitándola durante décadas, a pesar de su estado. De acuerdo con el diario ‘The Sun’ la tragedia comenzó con un ataque repentino de neumonía. Edwarda tuvo una reacción adversa a la medicina y su salud empeoró rápidamente.
“Se despertó temblando y con mucho dolor porque la forma oral de insulina que había estado tomando no llegaba a su torrente sanguíneo”, explicó su familia.
Joe, su padre, regresaba de un viaje de pesca cuando encontró sus piernas cubiertas de “terrones de azúcar” debajo de la piel. “Mi hermana estaba gritando. Lo recuerdo como si fuera ayer”, relató Colleen.A las 2 de la mañana del 3 de enero de 1970, Edwarda llegó al hospital. Antes de perder la consciencia, miró a su madre y le pidió: “Prométeme que no me dejarás”. Kaye le respondió: “Claro que no. Nunca te dejaría, cariño”. Y cumplió su palabra.Durante más de cuatro décadas, Kaye dedicó su vida al cuidado de Edwarda, durmiendo solo 90 minutos al día. El alto costo de la atención médica dejó a la familia con una deuda de 200.000 dólares en 2007.
La lucha por mantener con vida a Edwarda tuvo un alto precio. Su padre, Joe, falleció en 1977 de un ataque cardíaco debido al estrés de trabajar en tres empleos para pagar las facturas médicas.
Cuando Kaye murió en 2008, su hermana Colleen dejó su trabajo para convertirse en su cuidadora.
“No lo pensé dos veces. Ella es mi hermana y la amo”, afirmó.La historia de Edwarda conmovió al mundo. Personalidades como Neil Diamond y el presidente Bill Clinton visitaron su hogar. Su 56.º cumpleaños fue celebrado con una gran fiesta, para la cual Colleen envió 4.000 invitaciones.
Sin embargo, no todos apoyaban la decisión de la familia. El grupo Hemlock Society, defensor del derecho a morir, llamaba constantemente para pedir que dejaran partir a Edwarda.
